Creemos que la correspondencia "íntima", tan delicada siempre, ha desaparecido al tiempo que los buzones se han ido llenando de publicidad, facturas, sorteos fabulosos en los que hemos resultado ser los agraciados... Y comprobamos con desolación lo mucho que hay que hurgar entre el spam hasta dar con un remitente conocido. Pero las cartas al amante, al padre, al imprescindible enemigo, siguen escribiéndose, quizá de manera más apremiante que nunca. Tan sólo hay que buscarlas en otros lugares, con otros ojos: en muros, flyers, espaldas tatuadas, lazos y pañuelos virtuales, poemarios inéditos... (y sí, también contraportadas) [leer más y ver fechas de las próximas presentaciones].
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