domingo, 21 de octubre de 2007

Ron Dennis, la ambición y la prensa británica pierden un mundial

Imagen tomada de El País

El deporte también debería ser estandarte de ciertos valores, por encima de los intereses nacionales y de las ambiciones económicas. Por suerte, la avaricia rompe el saco. Hoy el juego sucio ha tenido su justa recompensa: la victoria de Raikkonen. McLaren se lo merece y la prensa británica y su nacionalismo trasnochado y sensacionalista, también Alonso se merece la derrota por su arrogancia, aunque en menor medida frente a ese Ron Dennis, ejemplo de lo que no debe ser aplaudido bajo bandera alguna.

Todos ellos han perdido y Eldígoras se alegra, porque el trabajo sólido y austero de un piloto sin suerte se ha impuesto sobre los que se empeñan en imponer sus intereses desde sus cuotas de poder pasando sobre el deporte y su verdadera esencia, tan antigua como, lamentablemente, olvidada.

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