Todos los relatos que componen Blanca doble, excepto uno, se han escrito después de una ingesta y cuentan los sucesos a posteriori, cambiando lo que haya que cambiar. En casi todos ellos, el autor lo que intenta es lograr que se vean los efectos que causa la cocaína en una conducta normal, entendiendo por normal lo que entendemos por normal, pero también el paisaje de la cocaína, un paisaje mental y objetivo. En el último cuento explícitamente ensaya los efectos de la cocaína en directo, hecho casi imposible, pues como afirma de la Quintana es muy difícil escribir "puesto". Ustedes lo saben o se lo dice él [leer más].
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