Raquel Huerta-Nava nos comunica la muerte del poeta Otto-Raúl González:
Otto-Raúl González.
Ciudad de Guatemala, 1921 - Ciudad de México, 2007
Nuestro querido poeta Otto-Raúl González se encuentra ahora en El Pequeñal, el país de su invención para los oficios poéticos, al lado de su Miguel Ángel Asturias, de mi padre, Efraín Huerta, de Margarita Paz Paredes y de todos los amigos poetas que quiso en vida. Tal vez allí se le encargue el nombrar a los colores y a los elementos y aspectos de la vida que tanto amó.
Falleció el sábado 23 de junio en compañía de su esposa Haydee y de sus cinco hijos, rodeado del amor que sembró y que ahora nos lega con su inmortal obra. Descanse en paz el amigo, el poeta, el maestro.
Raquel Huerta-Nava
Oigo el rumor de los cipreses en las noches de luna
y pienso en las mil y una lunas adorables
que todos hemos tenido alguna vez en nuestras vidas,
distingo las voces quedas de la melancolía
y los murmullos con que la nostalgia me frecuenta.
Voces palpables, voces inefables, voces adorables
de la añoranza por lo que se fue o no fue y sigue siendo;
los murmullos que en mi oído suspiran vivencias agotadas
vasos donde conservo risas y sonrisas, ternuras y ademanes.
Oigo los forcejeos del viento con las viejas cortezas
de los árboles donde grabé los nombres de mis novias
enlazados al mío en medio de ígneos corazones,
vano intento de ciclones que terminan por arrancar de cuajo
aquellos esbeltos y altivos troncos de mi adolescencia.
Oigo el rumor de las olas de ya lejanas playas
y en mi mente aparecen manos que junto con las mías
tratan de atrapar al crepúsculo para ungir con sus aceites
la piel de nuestros cuerpos jadeantes y lascivos.
Cipreses y murmullos, cortezas y crepúsculos
(no es por nada) pero a mí me hacen siempre los mandados.
Otto-Raúl González
(Del libro: Voces)
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