Poesía

La escasez de tiempo hace que uno sea más parco de lo que debiera y se limite, en demasiadas ocasiones, a dar noticia y evitar comentarios, uno, que tan dado es a hablar más de la cuenta y contemplar cómo la comprensión tiene sus filtros extraños y las palabras acaban en confusiones o en heridas, habitualmente involuntarias.

No sólo la escasez de tiempo, también el pudor ante lo propio.

La cuestión es que en este universo inabarcable que es Internet, lleno de espacios dedicados a variadas apuestas que se agrupan bajo el título ambiguo de "poesía", existen rincones vivos de envidiable salud. Uno de ellos está ubicado en la web de DVD ediciones, editorial tan grande en sus aciertos como poco mimada por los premios oficiales y sus gestores, tantas veces tahúres presuntamente literarios. Ese lugar, ajeno a los oscuros intereses, se llama Firmas invitadas y está coordinado por un poeta, Juan Manuel Macías.

Y en ese lugar han tenido a bien acoger mis versos más recientes, algo que agradezco, como siempre con retraso, a Juan Manuel Macías y a Sergio Gaspar. Y volveré a ser parco en los elogios que se merecen ambos, puesto que llego tan tarde a ello que ya soy firma implicada.